Duro pronóstico del FMI para la Argentina: más inflación y menos crecimiento en 2023

Ya lo había dicho el Banco Mundial y tal parece que ahora el FMI lo ratifica. La Argentina crecerá muy poco en 2023. Este martes 11 de abril, en sus reuniones de Primavera, el Fondo Monetario Internacional (FMI) empeoró su pronóstico para el crecimiento de la economía argentina en este 2023. Entre otras cosas proyectó que el PBI suba 0,2%, es decir una baja de 1,8 puntos porcentuales contra la estimación de principios de año.

El dato forma parte del último informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO) que se dio a conocer este martes 11 en Washington.

El contexto es un mundo complejo, en el cual el organismo prevé que también el crecimiento global disminuya de 3,4% en 2022 a 2,8% en 2023, para después aumentar lentamente y estabilizarse en 3,0% en cinco años. Se trata del pronóstico a mediano plazo más bajo en décadas.

Massa y Pesce viajan al FMI y al Banco Mundial en busca de conseguir oxígeno

Entre otras proyecciones para la Argentina, el organismo que dirige Kristalina Georgieva elevó sus previsiones sobre la inflación en la Argentina que ahora estima llegará a 88% este 2023, por encima de lo que el propio organismo multilateral esperaba hace apenas 3 meses para los precios locales y que estaba en línea con el 60% que preveía el gobierno.

La buena noticia es que a mediano plazo el FMI ve una desaceleración de la inflación local, aunque recién estaría en torno del 50% para el siguiente año (2024).

De todos modos, las previsiones de inflación son más optimistas que las de los economistas locales. De hecho el viernes pasado se conocieron los datos de la encuesta REM de expectativas del mercado, y allí los analistas ya prevén 3 dígitos en el costo de vida argentino (110%).

Las consultoras le avisaron al Banco Central que esperan una inflación de 3 dígitos

Vale recordar que hace apenas unos días el el Banco Mundial ajustó sus expectativas de crecimiento para Latinoamérica y adelantó que, en su conjunto, crecerá apenas un 1,4% hasta diciembre, menos que todas las demás regiones del mundo.

Y en este escenario, la Argentina también estará complicada.  De hecho, la proyección de crecimiento del organismo financiero para la Argentina se redujo al 0% desde el 2% para 2023 y vaticinó un incremento de la economía del 2% para 2024.

“La estabilidad macro es prerrequisito para que aumente el flujo de capitales del exterior y también la actividad económica de los emprendedores”, sostuvo en su oportunidad William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina.

En este contexto, el ministro de Economía Sergio Massa prepara su viaje a Washington para el 12 de abril. Será el segundo viaje del ministro a Washington en menos de 15 días, luego de que el 29 de marzo se reuniera con la subdirectora gerenta del Fondo, Gita Gopinath, antes de conseguir la aprobación de la cuarta revisión del programa de financiamiento acordado con el organismo.

Un mundo complicado

Por otra parte, en la actualización de las Perspectivas Económicas globales (WEO, por sus siglas en inglés), el organismo se mostró más pesimista respecto del ritmo de recuperación global: prevé un crecimiento del PBI de 2,8% para 2023, lo que para los economistas encargados del reporte se trata de “tocar fondo antes de subir modestamente a 3% en 2024".

Según el organismo, las tenues señales a comienzos de 2023 de que la economía mundial podría logar un aterrizaje suave —con inflación a la baja y crecimiento firme— se han disipado, en medio de una inflación persistentemente alta y de las recientes turbulencias en el sector financiero.

“La recuperación económica mundial perdura, pero el camino se está poniendo rocoso”, afirmó Pierre-Olivier Gourinchas, consejero económico y director de Investigaciones del FMI.

Entre otras cosas, el reporte señala que a medio término también hay registran una desaceleración general en los pronósticos de crecimiento. "Las proyecciones de crecimiento a cinco años se redujeron constantemente del 4,6 % en 2011 al 3 % en 2023. Parte de esta disminución refleja la desaceleración del crecimiento de economías que antes crecían rápidamente, como China o Corea", señala el reporte.

"Esto es predecible: el crecimiento se ralentiza a medida que los países convergen. Pero parte de la desaceleración más reciente también puede reflejar fuerzas más siniestras: el impacto devastador de la pandemia, un ritmo más lento de reformas estructurales, así como la amenaza creciente y cada vez más real de fragmentación geoeconómica que conduce a más tensiones comerciales, menos inversión directa y un ritmo más lento de innovación y adopción de tecnología a través de 'bloques' fragmentados", indicaron. 

Por último ratificaron que "es poco probable que un mundo fragmentado logre el progreso para todos, o que aborde con éxito desafíos globales como el cambio climático o la preparación para una pandemia. Debemos evitar ese camino a toda costa", indicaron los economistas en el reporte anual de perspectivas.